2011/10/04

Irritante realidad pero con esperanza

Este pasado sábado se cortaron, de un plumazo, todas las esperanzas que los aficionados rojillos y rojillas teníamos depositadas en el equipo de nuestros amores para esta temporada. Una vez más la dejadez, la lentitud y la prepotencia en algunos de nuestro jugadores, nos hace estrellarnos con la cruda y triste realidad, que solo me produce irritación y mala uva, pues, aun y todo contando con mi trastorno bipolar rojillo, sigo convencido que los nuestros deben y pueden dar más.

Pero la culpa no es solo de ellos, no. A nuestro mister parece que se le ha contagiado algún virus que dejó por Tajonar y el banquillo del Reyno, el macho machote de Camacho. Que despropósito de táctica, que despropósito de alineación, que despropósito de entrenador. Un esquema y una táctica paupérrima y lamentable, unos cambios políticamente correctos-pobre Raitala todas las culpas para él el día que estaba la TV de su país siguiendo sus pasos en la escuadra navarra- y lo más irritante, una vez más  no se supo cerrar el partido. ¿Cuándo aprenderán los nuestros a jugar contra 10?

Esta vez los jueces de la contienda fueron malos para los de rojo navarro y los ocasionalmente de blanco mallorquín. Miguel Faño, una vez pitada la pena máxima, se tenía que haber ido a la ducha. La expulsión sufrida por el Mallorca es expulsión, ya que pecó de amateurismo el delantero del Mallorca. El penalti que dio la igualada al equipo balear, pues si os soy sincero no lo vi desde mi localidad, ni lo pienso ver por la TV ya que bastante amargado me tienen últimamente entre unos (los rojos) y otros (los colegiados).

Dicho esto, la Liga solo acaba de empezar, pero no hay que dormirse, no hay que creerse superior aunque lo estés numéricamente sobre el terreno de juego. No debemos aceptar absurdos regalos de los árbitros que no pueden compensar lo que hasta la fecha nos han afanado, quitado o robado. Y por Dios Mendilibar, no caigas en los males que veíamos a diario con el macho de los machos.

Estoy irritado porque lo del pasado sábado fue un despropósito absoluto. Parecía que con el pitido inicial ya se había ganado el partido y eso que quedan 90 minutos más el alargue. Estoy irritado al comprobar que los rojos carecen de ambición. Estoy irritado porque hace ya varias semanas que no veo al C. A. Osasuna ganar.

Pero todavía tengo esperanzas de que esto vaya a cambiar. Esperanzas de que los buenos jugadores que tenemos se den cuenta que la prepotencia no sirve de nada, pues solo sirve la entrega, la lucha y dejarse el alma por cada balón. Esperanza de que nuestro entrenador despierte o se dé cuenta de sus numerosos y continuos errores, esperanzas que deje a un lado su ego y no cierre las puertas al once titular a jugadores con ganas y gol por temas extradeportivos, aunque luego ante la prensa busque la escusa en temas deportivos-como si no fuéramos muchos a Tajonar a ver como entrenan los nuestros-.

Vamos, llevo ya varias semanas deprimido, enojado e irritado entre pitos y flautas. Estoy deseando estar alegre, eufórico y orgulloso. Es el momento de que nuestro equipo cambie de juego, que todos aporten lo máximo que pueden dar, pues la afición siempre lo damos. Es el momento de cambiar la actitud, es el momento de recuperar la garra, el coraje y la lucha que ha caracterizado en el pasado a los portadores de la elástica rojilla.

¡Aupa Osasuna!

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